Diez razones para no realizar proyectos internacionales (1 de 2)

(Este es un resumen de mi ponencia en las IX Jornadas de Dirección de Proyectos organizadas por el Capítulo de Valencia del PMI al que agradezco la oportunidad que me brindó.)

Realizar proyectos fuera del país de origen o coordinando a stakeholders de diferentes naciones es un gran fuente de oportunidades. Sin embargo, como en todo proyecto, es necesario medir bien los riesgos si queremos tener éxito en la empresa. A continuación, voy a destacar 10 de ellos que no son tanto del lugar en el que pretendemos realizar el proyecto sino de la organización que quiere llevarlo a cabo. Un proyecto internacional requiere, entre otras cosas, un cambio en la forma de entender nuestro entorno.

Vuelo internacional

Project Manager en asignación internacional

– Creemos que tenemos un producto o servicio imbatibles. Hace años que la globalización económica se ha extendido por el planeta por lo que se debe comprobar cuál es el el mercado al que nos dirigimos y analizar a nuestros competidores. Hoy en día, si no hay un servicio como el nuestro en un determinado lugar es porque no hay clientes interesados, porque las necesidades se cubren con otro servicio distinto u, ojalá, porque realmente somos los primeros.

– Aplicamos los mismos ratios de uso de recursos y velocidad de ejecución que en nuestro lugar de origen. No tenemos registros de cuántas veces pedimos ayuda a personas o proveedores que, inicialmente, no estaban asignados al proyecto y nos solventan con rapidez situaciones no previstas. A miles de kilómetros de casa y en un país desconocido, esto puede volverse difícil. Por decirlo de alguna manera, en casa contamos con capacidad excesiva mientras que en un proyecto internacional, especialmente, si es el primero en ese país, es más bien al contrario.

– Conoce bien los costes en su país de origen. Pero debe tomar datos de campo. Nos vamos a llevar grandes sorpresas: unas positivas y otras negativas. Si hace eso, reducirá en gran medida el riesgo del proyecto aunque ello tiene un coste porque hay que ir al lugar a enterarse. Aprovechando un vocablo japonés, hay ir al gemba.

– Pensamos que los países emergentes tienen costes inferiores a los de los países de la OCDE. Sólo con visitar un mercado, se llevará algunas sorpresas. Entre otras cosas, sus economías están en crecimiento con altas tasas de inflación y la mano de obra cualificada puede ser escasa para el nivel de actividad que soporta el país. Ahora que sabemos lo que es el gemba, repito la recomendación anterior.

– Creemos que el proceso de entrada de nuestro producto en el país será barato y rápido. Y que las aduanas no existen. Esto no es cierto en absoluto. Aunque hay muchas facilidades para el comercio internacional, es una disciplina muy compleja. Déjese asesorar por expertos.

Y la semana que viene, otras cinco razones.

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