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Diez razones para no realizar proyectos internacionales (2 de 2)

Siguiendo con la entrada anterior, Diez razones para no realizar proyectos internacionales (1 de 2), voy a mostrar otros cinco riesgos que se deben evaluar antes de ejecutar el proyecto.

– Pensamos trasladar personal de nuestra matriz al país en que se desarrollará el proyecto… y que las autoridades locales no tienen nada que decir. Aunque viajar por el mundo y decidir dónde vivir es probablemente más fácil que nunca, continuan existiendo muchas trabas. En general, ir a vivir a algún país no es demasiado complicado pero trabajar en él ya es harina de otro costal. Es necesario algún tipo de visado que debe ser justificado y solicitado con tiempo. Se debe explicar por qué razón no es posible encontrar personas en el país para ocupar el puesto. También hay que tener en cuenta que en muchos países existen cupos de mano de obra extranjera frente a local. Es decir, un porcentaje del personal de la empresa en el país de destino debe ser de nacionalidad local. Estos porcentajes son variables pero la proporción de personal local es mucho mayor que la de personal extranjero. Países que fucionan de otra manera muy distinta son, por ejemplo, los del Golfo Pérsico donde sí se admite mucho personal extranjero pero es debido a que los salarios de los habitantes locales están cubiertos de otra manera y no queda más remedio que llamar a contigentes de extranjeros para realizar los trabajos necesarios en el país.

– Damos por supuesto que las personas que vamos a trasladar al país de destino están deseando una promoción internacional. Es difícil escoger la persona que se vaya a trasladar y, en mi opinión, debe estar fuertemente incentivada, no sólo económicamente, ya que se va a ver obligada a realizar un gran esfuerzo. Tanto en lo personal porque va a tener que reorganizar su vida en el nuevo país, como en lo profesional ya que va a tener que adaptarse a nuevas formas de trabajo, nuevos colaboradores, nuevos proveedores y nuevos clientes. En conclusión, demasiados «nuevos» como para que no se materialice algún riesgo.

Vuelo internacional

Project Manager en asignación internacional

– El idioma «internacional» es el ingés. Bueno, es cierto o, al menos, esto es lo que nos dicen pero lo cierto es que, en cada país, se habla el idioma del país (¡vaya descubrimiento!): en España, español; en Polonia, polaco; en Brasil, portugués; en Alemania, alemán; etc. Está bien saber inglés y, de hecho, encontrará mucha gente que lo hable pero no se hagan ilusiones de que todo el mundo, allí donde vayamos, va a dominar el inglés.

– Pensamos que las autoridades del páis objeto del proyecto están deseando recibir inversión extranjera. Es cierto que lo están deseando pero no incondicionalmente. El país receptor querrá que operemos dentro de su marco legislativo así que prepárense a estudiar algo de leyes y busquen un colaborador que les acompañe durante todo el proceso para fundar la sociedad en el país de destino, contratar personal allí, licencias de operación, licencias de construcción, etc. Y no olviden el tema de fiscalidad que, en países como Brasil, es excepcionalmente complejo.

– Piensa que la comunicación con clientes y proveedores es algo natural y que siempre se produce de manera fluida. Aquí sólo voy a recomendar que primero mire en su propia organización. Si ya resulta difícil que personas de Operaciones, Administración y Ventas tengan una buena comunicación cuando se supone que coinciden en sus objetivos, piense cómo puede ser en un idioma extraño en un país diferente y, en algún caso, desconocido y con una diferencia horaria respecto a la casa matriz. Tómeselo con paciencia, intente integrarse, dentro de lo razonable, en los modos y maneras del país de destino.

A pesar de todos los riesgos que he enumerado, los proyectos internacionales son muy interesantes y existe remedio para todos ellos. Una buena planificación en la que pueden ayudar los Project Managers y las metodologías de Project Management limitan el efecto de estos riesgos y permiten finalizar el proyecto con éxito.

Como en otras ocasiones, me gustaría conocer vuestra experiencia en asignaciones internacionales. ¿Qué opináis?, ¿qué otros riesgos incluiríais?

Diez razones para no realizar proyectos internacionales (1 de 2)

(Este es un resumen de mi ponencia en las IX Jornadas de Dirección de Proyectos organizadas por el Capítulo de Valencia del PMI al que agradezco la oportunidad que me brindó.)

Realizar proyectos fuera del país de origen o coordinando a stakeholders de diferentes naciones es un gran fuente de oportunidades. Sin embargo, como en todo proyecto, es necesario medir bien los riesgos si queremos tener éxito en la empresa. A continuación, voy a destacar 10 de ellos que no son tanto del lugar en el que pretendemos realizar el proyecto sino de la organización que quiere llevarlo a cabo. Un proyecto internacional requiere, entre otras cosas, un cambio en la forma de entender nuestro entorno.

Vuelo internacional

Project Manager en asignación internacional

– Creemos que tenemos un producto o servicio imbatibles. Hace años que la globalización económica se ha extendido por el planeta por lo que se debe comprobar cuál es el el mercado al que nos dirigimos y analizar a nuestros competidores. Hoy en día, si no hay un servicio como el nuestro en un determinado lugar es porque no hay clientes interesados, porque las necesidades se cubren con otro servicio distinto u, ojalá, porque realmente somos los primeros.

– Aplicamos los mismos ratios de uso de recursos y velocidad de ejecución que en nuestro lugar de origen. No tenemos registros de cuántas veces pedimos ayuda a personas o proveedores que, inicialmente, no estaban asignados al proyecto y nos solventan con rapidez situaciones no previstas. A miles de kilómetros de casa y en un país desconocido, esto puede volverse difícil. Por decirlo de alguna manera, en casa contamos con capacidad excesiva mientras que en un proyecto internacional, especialmente, si es el primero en ese país, es más bien al contrario.

– Conoce bien los costes en su país de origen. Pero debe tomar datos de campo. Nos vamos a llevar grandes sorpresas: unas positivas y otras negativas. Si hace eso, reducirá en gran medida el riesgo del proyecto aunque ello tiene un coste porque hay que ir al lugar a enterarse. Aprovechando un vocablo japonés, hay ir al gemba.

– Pensamos que los países emergentes tienen costes inferiores a los de los países de la OCDE. Sólo con visitar un mercado, se llevará algunas sorpresas. Entre otras cosas, sus economías están en crecimiento con altas tasas de inflación y la mano de obra cualificada puede ser escasa para el nivel de actividad que soporta el país. Ahora que sabemos lo que es el gemba, repito la recomendación anterior.

– Creemos que el proceso de entrada de nuestro producto en el país será barato y rápido. Y que las aduanas no existen. Esto no es cierto en absoluto. Aunque hay muchas facilidades para el comercio internacional, es una disciplina muy compleja. Déjese asesorar por expertos.

Y la semana que viene, otras cinco razones.