No se trata de vender el qué sino el porqué.

Siempre queremos alcanzar metas más altas y siempre nos parece un trabajo motivador. Sin embargo, encontramos personas que no sienten lo mismo que nosotros. Querríamos contagiar nuestro entusiasmo y que nos acompañasen, que se entregasen como nosotros pero parece algo inalcanzable. Aparte de recomendar la puesta en práctica de uno de los hábitos de Covey (primero entender, después ser entendido), una ponencia captó mi atención y espero que también la vuestra.

Gracias al blog de Albert Cubeles, (desde aquí, agradecimiento por la publicación) encontré un enlace a una conferencia que me pareció muy interesante. No se trata de vender el qué sino el porqué. Aunque el ponente habla de la venta de productos o servicios, imagina la potencia del mensaje para comprometer a todo un equipo de personas en el logro de un objetivo.

En lugar de intentar motivar a las personas indicándoles lo que queremos lograr, lo que realmente nos mueve es el sentido trascendente que tiene dicho logro; el porqué, cómo dicho logro ayuda a satisfacer nuestras necesidades de autorrealización según el modelo de Maslow. Y es por ello que, en el mensaje, debemos comenzar por esto último, por el porqué.

Simon Sinek nos viene a decir que lo que nos mueve en un proyecto no es lo que entregamos sino los principio sobre los cuales se asienta el proyecto. Para verlo subtitulado, aquí. Que lo disfrutéis.